De a pie Lunes, 16 enero 2017

Consumo colaborativo en el espacio público: de los arbolibros a los comparques

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Escribe: Arq. Gonzalo Díaz Arrieta

Con esta frase quiero empezar a hablar de esta Lima-utopía, que irá materializándose en la medida en que la sociedad cambie su forma de pensar… y de consumir.

1. Antecendentes: hiperconsumo e individualismo

El hiperconsumo está definido como el consumo innecesario de los bienes y productos. Es la consecuencia directa del capitalismo y la mercadotecnia, y está generando una serie de problemas, como la degradación natural y medioambiental: los 20 países más ricos del mundo han consumido en este siglo más naturaleza, es decir, más materia prima y recursos energéticos no renovables, que toda la humanidad a lo largo de su historia.

Según Lipovetsky (1), la idea central de esta nueva forma de consumo es el hecho de que las personas podamos sentirnos independientes, libres, con una buena calidad de vida, que podamos brindarnos cada quien y para sí mismo. Esto es lo que se conoce como:

mercadotecnia sensorial

Es decir, que provoca cierta erotización de los sentidos mediante los productos.

Desde el punto de vista urbano, es la manifestación más notoria de la ciudad contemporánea, impulsa el individualismo y la sociedad del espectáculo, y se puede apreciar con los siguientes fenómenos:

  • El Mall como el principal centro de atracción de personas en los distintos puntos del país.
  • La excesiva demanda del auto privado, percibido como un factor de estatus social.
  • La discriminación de formas de transporte mas sustentables y económicas como la bicicleta o el transporte público masivo.
  • La privatización de parques y espacios públicos.
  • Enrejado de calles, etc.
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Frente a esta tendencia del hiperconsumo, en este siglo comienza a manifestarse, de manera aún tímida pero creciente, el movimiento llamado Consumo Colaborativo.

2. ¿Qué es el consumo colaborativo?

El consumo colaborativo es la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar o regalar cosas redefinidas a través de las nuevas tecnologías y las comunidades. Ha ido ganando terreno alrededor del mundo como una alternativa para los consumidores que ya no se fían de los gobiernos o las grandes corporaciones, y los medios por el cual han cobrado mayor alcance son las redes sociales, ya sea a través de aplicaciones para celulares, programas, Facebook, etc.

Según Rachel Botsman (2), en el Consumo Colaborativo, a menudo también llamado “economía del compartir” (sharing economy) o “economía del acceso” (access economy), la clave radica en conectar las personas que necesitan acceso a un recurso con aquellas que disponen de esos recursos que están infrautilizados y que pueden ser prestados, regalados, intercambiados, alquilados, etc. Se basa en un sentimiento de comunidad, de compartir y de participación entre los usuarios donde la confianza es el pegamento que permite establecer las conexiones, desarrollar un consumo alternativo y a la larga mantener las relaciones creadas.

Así, el consumo colaborativo tiene ventajas en:

  • Medio Ambiente: ya que reduce la producción, fomenta el transporte eficiente, genera un consumo más saludable y ecológico, y aprovecha los recursos infrautilizados.
  • Economía: significa un ahorra para los consumidores, aumenta el poder de compra, estimula la competencia, e impulsa la actividad económica.
  • Sociedad: fomenta la cohesión social, mejora las comunidades locales, da valor a las relaciones sociales y genera solidaridad y confianza.

Algunos ejemplos de consumo colaborativo se dan sobre todo en el mundo  virtual, con aplicaciones de todo tipo. A continuación, un gráfico que nos da luces de su variedad y alcance.

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3. ¿Consumo colaborativo en el espacio público?

Todos los ejemplos anteriormente mencionados son iniciativas que parten y se desarrollan mayormente en el mundo virtual. ¿Pero qué pasa en el espacio público? Solo algunas de las mencionadas se concretan en el ámbito físico como los taxis compartidos o pools.

Sin embargo, alrededor del mundo, han comenzado a aparecer distintas iniciativas que nacen en el espacio público, y más bien se comunican o se «viralizan» por el espacio virtual, como el caso del bookcrossing, las neveras públicas o los dead drops. Acá mostramos algunas:

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4. Consumo colaborativo en el espacio público en Perú 

En el Perú ha existido el trueque desde las épocas preincas. y solamente se ha mantiene en algunas ciudades, ya que el sistema económico actual se ha apropiado la manera como consumimos en casi todo el territorio.

Pero tomando como referencia la actualidad, en el Perú podría considerarse como parte del consumo colaborativo los llamados colectivos que existen en varios distritos de la ciudad, y son por decirlo, mucho más antiguos que los actuales «taxi pools» de las distintas apps de taxis.

También podríamos rescatar los murales de expresión que han aparecido en algunos eventos o ferias, y los paneles informativos que crean comunidades para poner desde comunicados hasta avisos laborales. Por último, también están las ferias del trueque que se organizan en algunos distritos de Lima (como Barranco) y provincias.

5. Arbolibros y Videopostes

Personalmente, este año he realizado dos recientes intervenciones basadas en el consumo colaborativo, las cuales son:

Arbolibro:

Es un árbol soporte para leer libros en el espacio público y también para intercambiar estos de manera libre.

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Una característica de esta intervención es que es muy fácil de hacer, y gracias a su viralización en Facebook y un breve manual ha comenzado a replicarse en otros lugares.

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Hasta el momento se ha replicado en países como EE.UU., Colombia, Chile, México y Brasil, y en ciudades del Perú como Chiclayo, Huancayo, Apurimac e Iquitos.

En Lima se encuentra en los distritos de Magdalena, Pueblo Libre, San Borja, Surco, La Molina, SJL y SJM.

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Videopostes:

Un proyecto mucho más reciente, consiste un poste adaptado como soporte para el intercambio de películas y videos en distintos formatos, así como discos de música.

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Estos dos soportes serían los primeros de una serie de dispositivos urbanos, aún más arriesgados, sobre el tema del consumo colaborativo, ya que involucrarían compartir cosas que no estamos acostumbrados como comida, ropa, objetos de casa, juguetes, etc.

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6. Comparques 

Todos estos dispositivos pueden juntarse en un solo espacio urbano para potenciar sus virtudes, y lograr lo que hemos llamado un «Comparque, o también, «Parque del compartir».

El comparque es un parque tal como lo conocemos pero con dispositivos de consumo colaborativo lo que le otorgaría nuevos usos, entre ellos el compartir bienes (truque) y servicios entre las personas, y por ende, generar una mejor comunidad, más comunicada, más ecológica y con mayor preocupación por el ahorro y el medio ambiente.

A través del trueque además se recupera el valor de las cosas, pero sobre todo, de los accesos.

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Algunas acotaciones finales para los Comparques

  • Es ideal y pertinente que esté gestionado por el Municipio o Gobierno regional. Ellos deberían financiar o buscar el financiamiento para la construcción del Comparque y su manutención.
  • Es mejor que se diseñe y se construya, con participación ciudadana y de manera colaborativa, ya que se tendría información de primera mano de lo que los vecinos quieren intercambiar, además de los aspectos urbanos propios de un espacio público.
  • La seguridad del comparque depende de muchos de los valores sociales. Si aún no se aprecia respeto por lo público podría contratarse personal de seguridad para todo el comparque, sin embargo, el objetivo final es que los mismos vecinos lo cuiden, y esto incluye también a los niños del barrio.
  • La forma urbana de comparque se adecua a distintas variables como el contexto, las costumbres, el área, etc. Así habrán comparques alargados, cuadrados, en pendiente, con múltiples caminos, con una plaza central, con equipamientos complementarios, etc, siempre y cuando se mantenga la mayor cantidad de usos y flujos.
  • La cantidad y tipos de soportes para el Consumo Colaborativo depende de variables sociales y políticas. En un país podría funcionar mejor tal soporte mejor que otro. Por ejemplo, en Italia podría funcionar el soporte para compartir restos de comida, ya que existen leyes sobre el desperdicio de alimentos. Sin embargo, en otra ciudad, podría asociarse más con la pobreza y el mendigaje, por lo que su funcionamiento sería parcial.
  • Además de los soportes mencionados, en cada comparque se pueden originar nuevos soportes, y nuevas ideas en general. Los comparques son lugares ideales para el desarrollo de la creatividad.
  • No olvidar que es un espacio urbano, por lo tanto debe contener obligatoriamente los objetivos y las características  para que ser entorno vital y humano, tomando como referencia los principios de maestros como Jane Jacobs, Ian Bentley y Jan Ghel, entre otros.

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El comparque entonces vendría a ser el espacio representativo del Consumo Colaborativo, así como el Mall lo es del hiper consumo, o la Iglesia de la religión. Como espacio urbano aportaría, a través del poder de lo cotidiano, ir cambiando la mentalidad de las personas, hacia lo colaborativo, hacia la confianza, y la solidaridad.


(1) – Lipovetsky, Gilles: «La Felicidad Paradójica» (2006)
(2) – Botsman, Rachel: «What’s mine is yours: The Rise of Collaborative Consumption» (2010)