De a pie , Lima , noticias , sociedad Sábado, 10 septiembre 2016

Uber y la revolución fallida de la movilidad

De lujo o de necesidad, el transporte informal es la respuesta a las necesidades del usuario que no han sido atendidas por el formal ni por el Estado.

Imagen: Andina

Imagen: Andina

Todas las semanas las autoridades mandan al depósito o clausuran terminales de taxis colectivos de las avenidas de Lima por ilegales.

Uberpool o viaje compartido Imagen: Uber.com

Uberpool o viaje compartido Imagen: Uber.com

Hace dos semanas se lanzó el servicio de Uberpool en Lima causando sensación entre los jóvenes de clase media de la ciudad.

Los pasajeros nos jugamos la lotería cuando tomamos un taxi en la calle: entre que no van, te pueden hacer daño o te alegran el día si quien conduce es un amigo de infancia.

Los conductores de Uber, por otro lado, protestan indignados por las comisiones de 20 a 25% por carrera que consideran altas y -a su vez- por las bajas tarifas al usuario, situación que les hace trabajar más y recibir menos.

Imagen: Radio Capital

Imagen: Radio Capital

Hay que reconocer que la introducción de las aplicaciones tecnológicas de transporte privado (las aplicaciones de contacto entre pasajeros y conductores) ha generado algo de regulación desde la empresa privada: hay seguridad, limpieza y tarifas predecibles, es decir calidad. Si hubiese interés por parte del Estado, haríamos como Sao Paulo que cobra un impuesto por kilometraje y además tiene que entregar todos los datos de movilidad en tiempo real a la ciudad; situación que se repite en ciudad de México, aunque aún pendiente de cumplimiento por parte de las “Empresas de Redes de Transporte Privado”. En la otra orilla, el Ministro de Transportes de Chile hizo un llamado a los usuarios de Uber para que no la utilicen al ser “competencia desleal y no debería estar permitida”.

Es discutible si Uber es taxi o no, aunque en el fondo subyace el mismo concepto: un vehículo de baja ocupación que transporta personas a cambio de un pago. Sobre los taxis, la Hoja de Ruta de la Fundación Transitemos* indica que:

Aunque cuentan con menor capacidad para transportar pasajeros que los vehículos de transporte masivo, tienen una ocupación más alta que los automóviles privados. Mientras que estos últimos se utilizan por períodos cortos y se estacionan por períodos largos, los taxis tienden a transportar a varias personas por día.

Entonces, si bien los taxis son un buen complemento para la movilidad, ni Uber, Satelital, Easy Taxi, Cabify, TaxiBeat, o las demás aplicaciones de taxi que existen en la actualidad son alternativas al transporte público masivo de la ciudad. Los problemas de movilidad no se solucionan con transporte privado, que finalmente son todas las aplicaciones antes mencionadas. La prioridad en las ciudades de Lima y Callao es el transporte público.

¿Por qué Uber es bueno para mí pero no necesariamente para la ciudad?

Lima y Callao tienen un exceso de taxis (se calcula en 200 mil), siendo el 40% de ellos informales, sumado a ello las aplicaciones de taxi son útiles para sus usuarios pero no exactamente un modo de transporte sostenible para la ciudad es decir, no resuelven el problema principal de la ciudad que es la congestión, aunque Uberpool puede ser la excepción, podría decirse que resta pasajeros al transporte público (un modo sostenible de desplazarse). Al respecto, el urbanista Rodrigo Díaz sostiene que:

¿Generan más congestión vehicular estos servicios de taxi basados en plataformas tecnológicas? Tengo la impresión que sí, sobre todo teniendo en cuenta que, al menos en México, en la práctica funcionan como taxis de calle, que dan vueltas todo el día en busca de pasajeros, que gran parte de los kilómetros que recorren los hacen vacíos, y que tienden a concentrarse en áreas y horarios de alta demanda. Si a eso sumamos el hecho que reemplazan un número indeterminado de viajes que de otro modo se harían en transporte público, bicicleta o a pie, tenemos que es muy probable que Uber y similares sí aporten con su grano de arena a aumentar la congestión en nuestras ciudades.

¿Porque Uber no es revolución completa para la ciudad?

De acuerdo Eric Goldwyn de The City Lab, la innovación más importante de la década es el Smartphone. Sin embargo, las ciudades y las agencias de transporte público en EEUU no están aprovechándolo. Mientras que Transport for London, el ente gestor del transporte en Londres, está desarrollando su propia aplicación integrada, que permite a los usuarios planificar y pagar su viaje por la ciudad, incluso si su viaje tiene diferentes modos de transporte. La ventaja más obvia de todo esto es simplificar el sistema de transporte atrayendo fácilmente más viajes sin autos.  Con información en tiempo real sobre los viajes, pueden abastecer estaciones de bicicletas, replantear rutas de buses de acuerdo a los patrones de viaje, agregar unidades o vagones extras durante horas pico a fin de satisfacer la demanda. Todo ello, con la finalidad de obtener reales ganancias haciendo los viajes accesibles y baratos con la mayor cantidad de personas. Solo con ello tendremos una verdadera revolución.

Imagen: Panamerican World

Imagen: Panamerican World

Algo pasó en Lima

Entre los años 2012 y 2013, se dieron varias Hackathones a cargo de Escuelab**, con datos abiertos de la Municipalidad Metropolitana de Lima y se crearon ¡Quiero ir!, que permite conocer rutas que conecten lugares entre Lima y Callao; y Viaje Seguro, aplicación que fue comprada por la Municipalidad Metropolitana de Lima que permite conocer si un vehículo del servicio de taxi estaba autorizado o si existe alguna multa de por medio al vehículo o su conductor. Esta aplicación ya no funciona desde finales del 2013 y, realmente era útil.

Equipo OTA, desarrolladores de ¡Quiero Ir! Imagen: Escuelab

Equipo OTA, desarrolladores de ¡Quiero Ir! Imagen: Escuelab

El éxito comercial y financiero de Uber es indiscutible, la satisfacción de quienes lo usan también. Sin embargo, decimos que es una revolución fallida en la medida que la data de los viajes registrados en las aplicaciones son aprovechados solo para el transporte privado, situación que no responde a los verdaderos desafíos de la ciudad.

De otro lado, si está demostrado que la mejora en la calidad del transporte público hace que la gente deje el auto privado, ¿qué está esperando el Estado para hacer que los modos de transporte sostenibles tengan la calidad necesaria para que los conductores y usuarios de taxi migren hacia él? Esta ausencia de regulación en los taxis no ha sido gratuita, ahora nos está pasando factura: congestión, contaminación y siniestros viales.

* Hasta el 2014 fui asesora de Transitemos y ** desde el 2014 soy co-directora de Escuelab