Foto: Andina/Juan Carlos Guzmán

escribe Lugares Comunes

Es bastante mezquino decir que una reforma que ha pasado por un proceso de más de tres años de negociaciones, cambios regulatorios, estudios técnicos, y que ahora está en una fase de pruebas que va a durar casi dos meses, es improvisada. Si ha habido colas ha sido por errores en la estimación de la demanda, no por improvisación. Y justamente para corregir esos errores es que se hacen pruebas.

Podría decirse que es apurado hacer funcionar el corredor sin los alimentadores, pues los beneficios son mucho menores al tratarse de un corredor aislado. Pero incluir los alimentadores seguramente habría aumentado -no reducido- la demanda del corredor, y con ello las colas.

En todo caso, si hubo apuro no es solo por fines electorales. El favorito para ganar la elección, Luis Castañeda, no solo no ha ofrecido continuar la reforma, sino que tiene o ha tenido aliados entre los empresarios del transporte que se oponen a ella. La supervivencia de la reforma podría depender de que lo visible de esta haya empezado antes de las elecciones.